Diganme lo que quieran.
Que podía haberlo crackeado, conseguirmelo por otro lado, algún amigo por ahí, etc.
El tema es que... ¡me compré Windows 7!. Y para más remate el Ultimate.
No sé, siempre he querido tener un software comercial original comprado por mí. Un simple capricho. Es como cuando te compras esos CDs de algún grupo musical sabiendo que puedes tener la discografía completa en MP3.
¿Fanatismo?... No creo.
¿Capricho?... puede ser.
¿Miedo a lo ilegal?... No.
¿De sobrao?... No me haré popular con tener Windows 7.
Tal vez quiero la caja, con los sellos, o también la oportunidad de que si me pasa cualquier cosa tomar el teléfono y decirle a algún ejecutivo de Microsoft que su S.O. funciona mal.
Al fin, ya lo compré. Y sí, lo pude tener pirateado... Pero no quise.
Espero que no me lo retengan en la aduana...
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